Hillsong NYC es una rama de la popular Iglesia Hillsong, una iglesia pentecostal con sede en Australia. Tras dos años de iniciar sus actividades en la ciudad de la manzana, se calcula que Hillsong congrega a 5,500 personas cada semana para los servicios religiosos del domingo. Ver una multitud que hace cola para entrar es ya una escena común. Con frecuencia Hillsong debe añadir sesiones extras vespertinas, que bien pueden prolongarse hasta la noche.
La iglesia de Hillsong de la ciudad de Nueva York tiene que ofrecer al menos seis cultos cada domingo. Una iglesia cuyo “templo” también es especial, se trata de una sala de conciertos donde se han presentado nada menos que U2 y los Red Hot Chili Peppers.
Uno de los atractivos de la “franquicia Hillsong” en todo el mundo, y una de sus características más conocidas, es su puesta en escena de una alabanza y adoración espectacular y de gran calidad con un escenario tipo concierto, donde se toca rock cristiano y música de alabanza, que es muy atractivo para los jóvenes creyentes y no creyentes.
Pero mucho del éxito de Hillsong NYC se puede atribuir a su líder nada ortodoxo, Carl Lentz. Es un insomne hiperactivo que prefiere estar de pie antes que sentado. En una predicación recurrió a letras de hip hop compuestas por Coolio. En otra llamó al personaje bíblico de Saúl el “LeBron James del judaísmo”. Es un ávido seguidor y jugador de baloncesto, y un asistente habitual a los juegos de los Knicks de Nueva York.
Tampoco la imagen de Carl Lentz es en absoluto la del típico pastor. Con la mitad de la cabeza afeitada al estilo mohawk, su “traje de domingo” lo forman camiseta negra, camisa desabrochada y unas playeras. Sus brazos llevan tatuajes, incluyendo uno formado por dos pistolas cruzadas, que asoman por debajo de su camisa arremangada.
Las personas se aprietan en el poco espacio que encuentran libre y toman notas en sus iPhones mientras Lentz camina por el escenario durante su sermón con versículos de la Biblia, anécdotas, letras de canciones y un lenguaje de estilo popular. “Si eres nuevo en nuestra iglesia, te amamos”, dice Lentz, de 34 años. “No te alarmes por las locuras que veas. En una ocasión alguien dijo: ‘Están locos todos en tu iglesia’, y yo le respondí: ‘¿Y tú, te has visto bailar borracho? No nos juzgues por lo que hacemos en la iglesia’”.
En las redes sociales Lentz tiene cerca de 70 mil seguidores en Twitter y 60 mil en Instagram, donde hay fotos en las que aparece al lado de Jay-Z y Kevin Durant, estrella de la NBA. Justin Bieber subió una foto en la que estaba él comiendo con Lentz y “hablando de nuestro salvador Jesucristo”.
Steve Dagrossa, de 31 años explica que ha salido de su adicción a la cocaína gracias a la fe en Jesús y el Evangelio que se predica, y es un entusiasta de los cultos de Hillsong. Incluso se ha cortado el cabello como Lentz. “No es lo convencional, pero no somos una ciudad convencional”, opina Dagrossa. “Éste no es el Cinturón Bíblico. Es Nueva York”.
Meredith Anderson, de 27 años es colaboradora de Lentz, y cuenta su testimonio en el que “pasé de ser una drogadicta de fiesta en fiesta a una cristiana que vive una vida plena y llena de vitalidad. Si esta fuera una iglesia rígida, una como la que todos imaginan cuando piensan en una iglesia clásica, no me sentiría identificada”, admite. “Pero debido a que aquí hay un ambiente joven me siento a gusto”.
Hillsong no es la primera iglesia que se acerca para intentar ganar con el Evangelio a la gente joven, pero pocas han sido capaces de lograrlo como ella lo ha hecho, dice el investigador Tony Carnes. Aún así, reflexiona, es susceptible a los vaivenes de cualquier iglesia en vanguardia y siempre está latente el peligro de que la cultura moderna pueda acabar tapando el mensaje del Evangelio”, advierte.
En cuanto al mensaje, “esta iglesia se centra en Jesús”, advirtió Lentz en un reciente sermón. En este sentido, el pastor rechaza focalizar su mensaje en atacar los matrimonios entre personas del mismo sexo, un tema que a menudo polariza los púlpitos evangélicos y que los jóvenes evangélicos han mostrado en diversas encuestas que no quieren que sea el centro del mensaje de la iglesia.
Esta situación ha hecho que al igual que Lentz muchos otros pastores evangélicos que inician iglesias en Nueva York evitan tratar el tema desde el púlpito, decisión que ha motivado críticas de sus denominaciones o líderes religiosos, que consideran que este punto debe ser enfatizado como postura importante de la fe cristiana, algo que apoyan la mayoría de los creyentes tradicionales adultos de EE.UU.
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